Samayuio, Espíritu del Río de Quito, inició como proyecto fotográfico en 2019 de los sueños de Mónica Aguilar sobre los ríos perdidos y olvidados del centro histórico de su ciudad. Su concepto principal giró en torno a la recuperación del vínculo visual y emocional con los caminos originales del agua de Quito: vertientes, cascadas, ríos, quebradas y lagunas, a través del cambio de perspectiva representado en las imágenes fotográficas iluminadas a mano con acuarela.
En su primera etapa, el proyecto se centró en representar visualmente a las quebradas que delimitaban a la ciudad ancestral de Quito, por donde bajan las aguas del páramo del volcán Pichincha hacia el río Machángara, con el fin de limpiarlas y sanarlas en la imagen.
La serie fotográfica trata sobre el viaje del agua que emerge a la superficie a través de la cascada Quitu-Cara – primera e histórica fuente del agua de Quito. Ésta inicia un viaje que traspasa las vertientes, el espacio de la ciudad, sus calles y también los cuerpos de sus habitantes. Une los tiempos y los planos de existencia, tal como la serpiente alada: Hanan, Kay y Uku Pacha (planos de existencia andina) para retornar al volcán Padre, el Taita Rucu, limpiar su agua e historia y así, avanzar hacia un futuro integrado y coherente con la Madre Tierra y sus ciclos.
Desde 2021, gracias a la socialización y difusión de la serie fotográfica, su creadora y gestora Mónica Aguilar conoció a Camola y Marcia Valarezo, dos hermanas comprometidas con la ecología quienes se unieron a su misión abriendo la posibilidad a las fotografías para que puedan convertirse en algún momento, en realidad.
Tras el aluvión del 1 de febrero de 2022, Mónica convocó a un grupo de especialistas y sociedad civil preocupada por el rescate de los ríos y la gestión del agua de la ciudad. De esta reunión, nació la colaboración permanente con el Colectivo de Rescate del Río San Pedro y la creación del Telar del Río.
A partir de entonces, el Espíritu del Río es parte de una red ciudadana de colaboración independiente que trabaja en varios frentes por el rescate de la memoria y salud de los ríos de la ciudad, llevándolo a ser parte de la presentación de la Acción de Protección del Río Machángara del 28 de mayo de 2024 y su posterior sentencia favorable.
En la actualidad, el proyecto se encuentra comprometido con la restauración del vínculo sagrado (mente, cuerpo, emoción y espíritu) del ser humano con sus ríos. Siendo éstos externos y parte de un ecosistema planetario complejo, pero también internos puesto que nuestros cuerpos son entre 70 y 80% agua. La conciencia que pretendemos expandir radica en que nosotros no sólo dependemos de este elemento para vivir sino que a su vez, nuestros ríos internos necesitan restauración (cultural, ecológica, sistémica), cuidado y equilibrio para caminar sobre el planeta con seguridad y conexión.
Para ello, el proyecto promueve la práctica del arte con enfoque en los ríos. Un arte entendido como proceso reflexivo y coherente con los principios ecológicos para que aporte al refuerzo de la identidad cultural e individual de cada participante ligada al territorio; que además apoye a la descontaminación de las aguas de los ríos y la recuperación de la salud integral de la sociedad con su ecosistema endémico.
Para ampliar la información sobre los primeros pasos del proyecto, ingresa a la web de su creadora: saokma.com
Espíritu de Río
Vinculando Comunidades con sus Ríos