Acerca del Espíritu de Río

Como es arriba, es abajo: El principio del cosmos.

¿Qué ocurre en nuestros cuerpos cuando una vena o arteria se bloquea? Lo mismo ocurre en las ciudades al tapar quebradas y contaminar ríos puesto que son las venas y sangre de la tierra.

El agua que recorre por los ríos es la misma que recorre nuestros cuerpos. Un elemento no renovable. El agua en movimiento equilibra los iones en el campo electromagnético de la materia cuando éstos se ven afectados por el estrés y las enfermedades, además de sostener la vida en el planeta.

Este es el conocimiento que guardamos los humanos en nuestro inconsciente y que rara vez se visibiliza, esa es nuestra motivación y compromiso con el agua y los ríos.

En la cosmovisión ancestral andina, somos uno con la naturaleza y miramos a la cordillera como nuestro hogar y sustento. Las montañas son nuestras “Mamas y Taitas” (madres y padres) que nos brindan protección y alimento. Venimos de culturas cósmicas, habitando el planeta con amor, respeto y sincronía con la naturaleza.

El agua que viaja por los ríos, es para nosotras una serpiente alada a la que debemos respeto. Sabemos que no debemos intervenirla porque se regula sola. Ésta nos aporta vida, información y limpieza de lo que vemos y lo que no, puesto que transita por todos los planos temporales de existencia, además de permitir que los nutrientes de la tierra sean asimilados por nuestro cuerpo. Nos relacionamos con ella de múltiples maneras, principalmente como un ente sanador que nos permite aprender del cosmos y de los ciclos de la vida gracias al contacto respetuoso con ella.

La construcción de las ciudades ha ocasionado la extinción casi irreversible de nuestros ríos y lagunas, la mayoría, cubiertos por cemento y alquitrán. Los que resisten, se encuentran invisibilizados y contaminados lo que deriva en enfermedades, malestar e inseguridad en la ciudadanía. Si bien existen colectivos que luchan por la recuperación de sus aguas, sabemos que es vital conectar con más personas e instituciones para tejer un puente sensible de conexión con el páramo, quebradas y ríos de cada localidad.

El proyecto busca ampliar la consciencia sobre el respeto que merecen los ríos en el corto y largo plazo por medio de la conservación de la memoria ancestral, la restauración de la relación con los ríos desde la profundidad del ser, la dinamización de nuevas obras de arte, la educación sensible para la renovación de la cultura del agua y la puesta en marcha de prácticas, políticas y hábitos que nazcan de la sensibilidad colectiva para recuperar y valorar afectiva y efectivamente al agua pura de vertiente en cada población.

A nivel individual, la recuperación de la geografía original en el imaginario social a través de las prácticas artísticas, impacta positivamente en el campo físico, mental y emocional de cada participante, lo que logra reforzar la identidad colectiva para recuperar el vínculo intrínseco y saludable con los ecosistemas naturales.